El viernes comenzamos el trabajo del huerto de este curso con una clase cargada de aromas. Los alumnos de los grupos B y C se acercaron a hacer sus propuestas para trabajar en él. Muchos de ellos demostraron que llevan el amor a la tierra en la sangre, que reconocen algunas plantas, que saben técnicas de riego, que se fijan en lo que hacen sus padres y abuelos y lo cuentan con orgullo...
Pudieron ver, oler, tocar, cortar y llevarse a casa pequeños ramitos de las valientes hierbas aromáticas que sobrevivieron al caluroso verano.
Las aulas quedaron impregnadas del olor de la lavanda, el romero, el tomillo y el orégano (que como siempre, los peques asocian a la pizza).
Semana a semana iremos dando vida de nuevo a ese emblemático rincón de nuestro centro, que nos permitirá investigar, observar, debatir, buscar estrategias y soluciones a los problemas que puedan darse, en definitiva APRENDER.
Un saludo
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